Hace poco más de dos años nacía en la provincia Asociación de Truficultores y Recolectores de Segovia Segotruf, con el objetivo de dar a conocer entre los segovianos los pormenores del cultivo y la recolección de la trufa y de unir bajo una denominación a aquellos que, bien por negocio o bien por afición, dedican parte de su tiempo a esta actividad. Con la intención de contribuir a esa promoción y, al mismo tiempo, apoyar el producto de kilómetro cero y colaborar con la hostelería de Segovia, Alimentos de Segovia, la marca agroalimentaria de la Diputación, se sumó hace un año a la primera Jornada Formativa y Gastronómica de la Trufa Negra organizada por Segotruf y la Asociación de Empresarios de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (HOTUSE), que hoy repetía experiencia en la segunda edición de esta Jornada.
Aprovechando la buena mañana de febrero que ha regalado la meteorología, una veintena de hosteleros de la provincia han visitado una finca trufera en la que, guiados por los miembros- humanos y caninos- de Segotruf han aprendido los secretos de la recolección de este hongo, pudiendo conocer también algunas curiosidades sobre el mismo; como, por ejemplo, que su cultivo tarda alrededor de una década en dar frutos.
Más tarde, y acompañados también por Miguel Ángel de Vicente, presidente de la Diputación, y por las diputadas Magdalena Rodríguez, titular del Área de Promoción Provincial y Desarrollo Rural Sostenible, y Elisabet Lázaro, quienes ha querido compartir con ellos parte de la jornada, han podido almorzar y degustar algunos platos elaborados con su cosecha en la Taberna Tomasa de Valdeprados. De este modo, han podido promocionar también la actividad del pequeño establecimiento ubicado en la localidad, que además de ser un restaurante con encanto, tiene una tienda en la que se pueden adquirir diferentes productos. Y es que, otro de los objetivos de esta iniciativa fomentar el contenido del acuerdo de colaboración del ‘Plan Emprende en Hostelería y Turismo 3.0: Más que bares. Sin bares no hay pueblos’, que, entre otras muchas cuestiones, busca trasladar a la población las diferentes posibilidades de generar empleo en el medio rural a través del sector de la hostelería y la restauración.
“Gracias a los miembros de Segotruf hemos podido conocer de cerca el porqué del carácter especial de la trufa y su riqueza, como las peculiaridades que hacen a un suelo ideal para su producción, los requisitos y la delicadeza en su recolección o la importante misión que tienen los perros en ella”, señalaba Miguel Ángel de Vicente, añadiendo también que, “con ello, hemos podido entender mejor también el valor de los platos que hacen uso de la trufa y el cuidado con el que los hosteleros de la provincia tratan a un producto que se cultiva en nuestra tierra y que, sin duda, aporta calidad a nuestra cocina”.
